lunes, 23 de noviembre de 2009

Cosiendo calcetines


Buscando y buscando para hacer el post que debía hacer sobre la biblioteca que elegí dije: ¿María Moliner? ¿Quién será esa tal María que da nombre a bibliotecas, calles, institutos…etc.?

Pues María Juana Moliner Ruiz, a parte de ser el nombre de una calle –que junto con Eduardo Dato, José Celestino Mutis y otros renombrados del país engrosan los callejeros de nuestra piel de toro- fue una bibliotecónoma y lexicógrafa española. Nacida en Paniza, un pequeño pueblo de Zaragoza, estudió Filosofía y Letras en la Universidad de dicha capital. A muy temprana edad María ingresa en el Cuerpo de Archiveros y Bibliotecarios de España. Con dedicación absoluta a los libros María divide su tiempo entre el cuidado de sus tres hijos, su trabajo como bibliotecaria y el hecho por la que es conocida: escribir a sus “cuarenta y diez” –como diría Sabina- el Diccionario de uso del español.

Diccionario no sólo de definiciones, si no también de sinónimos, de frases hechas y de cómo utilizar todo lo anterior. En definitiva era “un diccionario para escritores”. Se publicó en 1967, aunque se dice en los mentideros que ella murió trabajando en él, para conseguir como dijo Gabriel García Márquez “agarrar al vuelo todas las palabras de la vida”, María dejó de trabajar a causa del Alzheimer.

Una vida dedicada a las letras, un ejemplo de tenacidad y humildad a seguir en lo profesional y en lo personal. Pues cuando por fin en 1979, la Academia de la Lengua aceptó a una mujer María se alegró de que en 1972 no fuese ella. Reacia a pronunciar su discurso dijo: "¿Qué podía decir yo si en toda mi vida no he hecho más que coser calcetines?"

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