
Para poder hablar de los pros y los
contras, de las virtudes y defectos de Google
Books habremos primero de saber qué es Google
Books. Podemos decir que Google
Books es un “producto” o “aplicación” inmerso dentro del motor de búsqueda Google cuyo propietario es Google
Inc.El fin primero de éste es el resultado que están obteniendo 13 años después. Nace pues en 1996 un proyecto que soñaba con crear un fondo digital con todos los libros del planeta, a través de su
digitalización, y así facilitar al usuario la búsqueda de libros.
Actualmente Google
Books se está consolidando como una herramienta fundamental en la consulta de libros, textos, documentos…etc., dado que posee un amplio catálogo –desde los “
best sellers” más punteros hasta libros
descatalogados, siendo ésta una de las formas más sencillas de acceder a ellos-.
Un catálogo tan extenso sólo puede ser posible gracias a la colaboración de grandes bibliotecas. Para ello Google
Books tiene el “Proyecto para bibliotecas”: especie de acuerdo de colaboración entre bibliotecas –algunas tan
prestigiosas como
la Universidad de
Harvard,
la Universidad de
Oxford,
la Biblioteca de
la Universidad de Gante,
la Biblioteca Pública de Nueva
York o
la Universidad Complutense de Madrid- y Google
Books, para “
incluir sus colecciones en la Búsqueda de libros de Google y mostrar a los usuarios información sobre los libros, como catálogos de fichas y, en muchos casos, algunos fragmentos”.
Y hasta aquí lo bueno. Si sois de los que, como yo, os creíais que podríais leer e incluso bajaros cualquier libro de Internet sin pagar “un duro”, ¡Ay! ¡Cuánto os compadezco! Ellos no engañan ni defraudan a ningún autor o editor, ni si quiera a nuestra amiga
la SGAE. Ellos sólo facilitan la búsqueda y compra del libro, si bien es verdad que libros autorizados por el autor pueden ser leídos en línea o descargados.
Yo me llevé la desilusión cuando buscando algún libro de
Robert Capa o
Henri Cartier-
Bresson (ambos grandes fotógrafos del siglo pasado) me mandaban a librerías “
on-
line”.Y volviendo otra vez a lo de siempre: “Poderoso Caballero es don Dinero” afirmaba Francisco de
Quevedo. Mientras siglos después decía
Groucho Marx (
disculpadme, pero tengo debilidad por él): “¡Hay muchas cosas en la vida más importantes que el dinero! ¡Pero cuestan tanto!”.